Los últimos avances digitales y la pandemia global han mostrado a los dueños de empresas y gerentes cómo pueden utilizar la tecnología para redefinir sus negocios; pero para lograrlo, es necesario: un conocimiento profundo de las necesidades del cliente, del modelo de negocio y el liderazgo de los altos directivos que tengan clara la ruta a seguir para transformar un negocio tradicional a uno digital.
Desde hace una década, la cuarta revolución industrial (“Industria 4.0”) ha impulsado el surgimiento de nuevos negocios digitales que han encontrado en la tecnología la plataforma para innovar y ser más competitivos en un mundo donde la globalización ha eliminado las fronteras digitales. Ahora es muy fácil disfrutar del último estreno de la serie favorita en Netflix desde la comodidad de la casa mientras esperamos que llegue Uber Eats con la cena del restaurante que tanto nos gusta. Se puede comprar desde el sitio web de Librería Internacional (a cualquier hora), el último libro de la saga de Harry Potter y ser entregado en la puerta de su casa en menos de 3 días.
La cantidad de servicios digitales a los que tenemos acceso desde nuestro celular se han disparado significativamente y va a continuar creciendo. En esta década ya hemos empezado a escuchar el término “Industria 5.0” que se centrará en cómo los roles de los colaboradores y de la tecnología se complementan. El avance de la computación cuántica, las redes 5G, el Metaverso de Facebook, el Internet de las cosas, la inteligencia artificial y la robótica pueden venir a fomentar cambios significativos en cómo nos relacionamos y servimos a nuestros clientes.
Podemos definir la transformación digital como el uso de la tecnología para mejorar el rendimiento de la empresa en términos de sus procesos internos, los servicios y productos que ofrecen a sus clientes, buscar nuevas formas de relacionarse con los proveedores y establecer nuevos modelos de negocio. Los resultados de la transformación pueden producir mejoras significativas en cuanto a productividad, eficiencia y competitividad.
Desde el 2020, la pandemia ha forzado a que las empresas busquen la forma de aprovechar los beneficios de la transformación digital tanto para la propia empresa como para los clientes pero también han resaltado (y algunos sufren) la gran cantidad de problemas que tienen que enfrentar para implementar las nuevas tecnologías y digitalizarse.
Estos problemas, suelen ser mayores en las pequeñas y medianas empresas; que además de lidiar con los retos del día a día, deben sobre la marcha planificar y ejecutar su transformación digital con limitados recursos.